Me inicié en el mundo de la terapia manual en el año 95, hace unos 20 años. Llegué al mundo de la salud por la vía oriental. Mi pasión por el Ju-jitsu, una antigua disciplina marcial japonesa, me llevó a Shiatsu, una antigua disciplina terapéutica japonesa.
Estudié junto a Hideo Asai. Me transmitió mucho más allá del Shiatsu. Me ayudó a sentar las bases sobre las que me costruyo como terapeuta. Gracias Hideo
Con los años necesité saber más sobre cuerpo físico, y estudié Fisioterapia. Por último, el estudio de la osteopatía me ha proporcionado una visión absolutamente fascinante del cuerpo humano.
Con Shiatsu aprendí la sutileza del mundo energético y el trabajo consciente
Con la fisioterapia aprendí el funcionamiento del cuerpo físico. Empecé a vincular mundos.
Con la osteopatía aprendí la armonía del cuerpo. Empecé a fusionar mundos.
Como mujer y como terapeuta, me atrae especialmente el mundo del suelo pélvico.
Lo conocí en la universidad. Lo conocí de la mano de una profesora excepcional (gracias Inés). Cada clase era una sorpresa. Yo no sabía nada sobre el suelo pélvico. Entendí su importancia. Entendí también que, de hecho, nadie sabía casi nada del perineo
Desde entonces me dedico al suelo pélvico: difundiéndolo (charlas, conferencias, artículos…) haciendo prevención y tratándolo cuando convenga.
El nacimiento del Espai Alè, en 2009, es la consecuencia lógica de este proceso laboral, personal y vital.